Inclusión o integración de personas con discapacidad

Las palabras inclusión e integración suelen utilizarse a manera de sinónimos pero no lo son. En el trabajo por los derechos de las personas con discapacidad es necesario tener en cuenta estas diferencias, que no solo tienen que ver con cuestiones discursivas, sino también con formas de ver al mundo, de ver a las personas y de respetar a cada ser humano en su individualidad.

 

Integración

Cuando se habla de integración de un colectivo de personas, por ejemplo, de personas con discapacidad, se refiere a que las personas con discapacidad pueden ingresar a un recinto pero no ser parte activa junto a las personas sin discapacidad. En esos casos, se destinan espacios exclusivos o tareas diferentes.

Desde el paradigma de la integración, las diferencias entre las personas eran entendidas como una desviación de lo considerado normal. Las personas que no alcanzaran las expectativas acerca de la normalidad, desde esta perspectiva, deben formarse para poder adaptarse ellos mismos a los espacios y a los demás. Un ejemplo de integración sería aceptar a niños con discapacidad en una escuela pero darles distintas tareas en un sector del aula diferenciado del resto. Según el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), cuando un niño es integrado en una escuela pero no es incluido en las actividades escolares, esto “contribuye a la formación de prejuicios, estigmatizaciones e incluso a la discriminación.”

Inclusión

La inclusión, en cambio, busca que todas las personas participemos y compartamos los mismos ámbitos. Se pasa de centrarse en el individuo, que antes era considerado como salido de la norma, a poner el énfasis en el ambiente, que es el que debe adaptarse a las personas.

Desde la perspectiva de la inclusión, todas las personas conviven, se desarrollan juntas, toman las decisiones y comparten. Si hay una persona que tiene dificultades para participar de alguna manera, entonces es el ambiente el que debe ser modificado. Se realizan ajustes, como accesibilidad para usuarios de sillas de ruedas, utilización de textos en lectura fácil para personas con discapacidad intelectual, audiodescripción de videos para personas con discapacidad visual, etc. Un ejemplo de inclusión, es la oportunidad que dan a algunas empresas a los empleados con discapacidad para trabajar dentro de los mismos ámbitos que los demás.

Las personas deben realizar entrevistas, aprender a realizar el trabajo y sumarse a actividades acordes a su perfil. En el caso de las personas con discapacidad, se realizan las adaptaciones necesarias en el ámbito laboral con apoyos y ajustes razonables.

 

Fuente:
“Cómo hablar sobre el Síndrome de Down”. Recursos para los Padres. National Down Syndrome Congress [En línea]. Disponible en: http://www.ndsccenter.org/en-espanol/informacion-para-padres/ [19 de enero, 2013].